Manejo de suelos y sostenibilidad ambiental de los sistemas agrícola-ganaderos

Resumen

Uruguay experimentó en las últimas décadas una expansión del área agrícola motivada por condiciones de mercado en el precio de los granos, diferencias en el valor relativo de la tierra y políticas impositivas de la región. Este cambio afectó el sistema de producción agrícola-ganadero, principalmente en la calidad de los suelos y la sostenibilidad de los sistemas.

La información disponible sobre erosión y contenido de carbono orgánico (cos) del suelo permitió validar los modelos usle/rusle y century, que demostraron tempranamente las ventajas de las rotaciones de cultivos y pasturas frente a la realización de cultivos continuos. La siembra directa significó un destacado avance, al reducir el laboreo mecánico. La caída en carbono orgánico de suelos se correlacionó con una caída de productividad, debido principalmente a menor disponibilidad de nutrientes y limitaciones en las propiedades físicas del suelo. La Alianza Global por los Suelos de la fao destaca, sobre manejo sostenible de los suelos, las tres amenazas más importantes: erosión, pérdida de carbono orgánico y desbalance de nutrientes.

La principal política pública en Uruguay es la aplicación de la Ley de Conservación de Suelos y Aguas Superficiales con fines agropecuarios. La disposición principal es que la realización de cultivos no arroje estimaciones de erosión por encima de la tolerancia oficial para el suelo dominante utilizado. Comenzó a ser obligatorio en 2013, y al presente el 96 % del área obligada ha cumplido con la presentación de los planes, ocupando unas 1,6 Mha.

En 2018 se generó desde el Gabinete Ministerial Ambiental una propuesta del Plan Ambiental para el Desarrollo Sostenible con base en los elementos de la agroecología. Las rotaciones de cultivos y pasturas incluyen producción vegetal y animal, con variantes dentro de cada una, y cumplen con la mayoría de los elementos de la agroecología, minimizando la erosión y manteniendo o recuperando el cos.